No nacimos para ser un lugar más. Nacimos para rescatar lo esencial: producto fresco, trato humano y ese tipo de cocina que respeta más de lo que presume.
Hay restaurantes donde uno come, y hay lugares donde uno recuerda lo que comió. Flor de Sal Gastrobar pertenece a este segundo grupo.
Quienes nos visitan no solo buscan alimentarse, sino vivir algo distinto: una experiencia serena, auténtica y profundamente vinculada al entorno canario.
Nuestro espacio nace del deseo de recuperar lo esencial: el producto fresco, el trato humano, la cocina sin artificios. Aquí no hay gritos, ni mesas saturadas, ni menús interminables.
Hay pescados y mariscos que llegan directo de la costa, recetas locales reinterpretadas con respeto, y un servicio que escucha más de lo que habla.
No somos un restaurante más en la zona. No competimos con el volumen, sino con la diferencia. Mientras otros buscan ser visibles en redes, nosotros buscamos ser inolvidables en su memoria.
Sabemos que nuestros visitantes valoran la tranquilidad, la calidad real y el detalle. Por eso cuidamos cada aspecto de su paso por Flor de Sal: desde la reserva online hasta el último sorbo de vino.
Elegimos pescados, mariscos frescos, carnes, arroces, etc con origen cercano y máxima calidad garantizada.
Preparamos cada plato con atención real, sin artificios ni prisas innecesarias.
Cuidamos cada detalle para que su visita sea única y memorable.